Cuaderno de viaje

" Los viajes son como los libros, se inician con cierta incertidumbre, y se finalizan con nostalgia."

Nombre:
Lugar: Spain

domingo, junio 26, 2005

Me cuentan......

Me cuentan los amigos que te fuiste, que dejaste tu hogar para irte lejos. Donde nada te ate.

Me cuentan que hace un mes que pasó, pero que han pasado este mes buscando las palabras adecuadas para contármelo. Y ahora nadie sabe nada de tí.

La última vez que te fuiste volviste a caer, y a tu regreso la sombra de la muerte te rondaba. Pero eso nunca te importó.

Siempre me decías que tenía que disfrutar la vida, que tenía que paladearla, sentirla, no tragarmela a grandes mordisco.

Ahora te has ido más de mi vida, mas si cabe.

Me cuentan que puede que vuelvas

O puede que no................

viernes, junio 24, 2005

Sus ojos

Y me miras, y se que volvería a apostarlo todo a tu última carta. Y no me arrepentiría de perder. Ya he perdido demasiado, conozco muy bien la sensación agria que deja la derrota en la garganta.

Y me guiñas el ojo, y yo me pierdo y me contengo, y me repito que otra vez no, que no puedo empezar a recorrer otra vez el laberinto de lo nuestro, que siempre soy yo la que acaba llorando en un cruce, que nunca sé para donde girar. Que nunca recuerdo las promesas que me hice de olvidarte.

Y tus ojos se ponen de un azul más oscuro, como de mar en noche de tormenta, cuando te digo que me voy, que esta decidido, que tengo los billetes, que tengo la fecha concreta, que tengo la mochila llena de sueños.

Y sin embargo tu boca dice lo que yo necesito oir, una vez más. Esa cualidad tuya de saber enbaucarme, de marearme tanto que tenga que agarrarme y repetirme que la tierra que hay bajo mis pies debe ser firme, para no echarme en tus brazos de nuevo.

Y me iré, ya queda menos de un mes. Y tú estarás aquí, jugando con muchas, hablándolas de huidas, de playas, de noches de luna llena......

Pero aun en la distancia que dan 15 horas de vuelo, tus ojos estarán presentes, tu mirada, en la que tanto me perdí......

domingo, junio 12, 2005

Sucede que a veces.....

La vida se me queda pequeña, el mundo sigue girando, pero a mí la vida se me queda pequeña.

Sucede a menudo, sobre todo ahora que hace buen tiempo, que me pare a pensar y me de cuenta de todo el tiempo que necesitaría para cumplir mis sueños. Para volar contigo, para empezar de nuevo.

Para mirar atras y reescribir nuestra historia, para no cometer los mismos fallos, los mismo silencios.

Y sucede que la vida se me queda pequeña porque necesitaríamos mucho tiempo. para salir a buscarte, y encontrarte, y encontrarnos, y empezar de nuevo desde donde lo dejamos la última vez. Y coger ese tren que nos prometimos, y bajarnos en la última parada sin importar cual sea, ni cuanto tiempo vayamos a perdernos construyendo nuestro paraíso.

Y sucede también que no hay demasiado tiempo, que yo me iré lejos, y que tú pueda que te marches por siempre.

Así que acércate vida, y dejame sentirte, déjamo olerte y mirarte, ahí, pequeñita, agachada en un rincón del cuarto donde ahora escribo. Dejame mirarte y paladearte vida. Porque tengo que empezar a disfrutar de tí a cada momento.

jueves, junio 02, 2005

Mirandome al ombligo

Es gracioso. Miro al cielo y está máz azul de lo que yo podía recordar. Miro al cielo para escapar de los agobios de este mes, de los remordimientos del pasado y del stres que supone pensar en el futuro.

Sigo mirando al cielo, camino por la calle jugando a dar formas a las nubes, jugando a que cambien dependiendo de cómo me sienta.

Respiro el aire que de vez en cuando me deja descansar del calor sofocante de esta ciudad. Miro los edificios, miro la gente en las ventanas y de pronto me choco con algo

Es él, siempre está sentado a la puerta de la Iglesia con su mano extendida, pero hoy había cambiado de posición por el calor. Y me hace despertar.

¿Para qué me sirve mirar tanto para arriba, escoger los sueños que quiero cumplir, pensar que voy sola por la calle y que nada impedirá mi paso, si no soy capaz de darme cuenta de su presencia?

Así que hoy he decidido mirar de frente, con la cabeza alta, pero no demasiado, lo justo para poder mirar a los ojos de con quien hablo, lo justo para dejar de mirarme al ombligo