Príncipes azules

Hoy me he levantado con la seguridad de que ya no creo en los príncipes azules. Antes lo dudaba, incluso me intentaba convencer a mí misma que todo había sido cuestión de saber elegir mal, cosa de mala suerte...

Hoy me he dado cuenta de que eso no está hecho para mí. Ya no creo en ellos. No y no. Y seguramente sea porque me aterra la idea de que solo haya una media naranja perfecta en el mundo para mí, y seguramente yo sea tan torpe que no la encuentre nunca. Quiere decir eso que las posibilidades de encontrar alguien que entienda y comparta mi sentido del humor y se enamore de ello se reducen a un 1 por millones y millones?? Pues yo no quiero entrar en esa batalla. No quiero pensar cada vez que alguien me bese si será o no el adecuado, si ese será el que tenga en su código genético mi nombre, si ese será el "elegido" para mi. No quiero pensar que los demás son solo los d transición...

No, no y no. Ya no creo en príncipes azules, ni siquera en ningún príncipe para mí. Me estoy acostumbrando demasiado bien a estar sola y compartir mi espacio con alguien sería peligroso para los dos.

Así que me rindo. Tampoco pasa nada si no encuentro a nadie, no? Tampoco pasa nada si nunca pasa nada.....

Una cancion, mil recuerdos

La recordaba diferente, me recordaba sentada en el asiento de atrás del coche de mi padre escuchándola, aún sin darla demasiada importancia. Le recordaba a él diciendome que debía saber apreciar la buena música, y que Sabina era buena música. Yo aún no entendía nada, supongo que aún me queda mucho por entender.

10 años después llega alguien especial (y no amorosamente habando) y me dice que esa canción le llevó de nuevo a esa ciudad. Que le salvó, una vez más del abismo. Y yo decido recopilar para ese alguien todas las canciones que hems compartido en susurros, todas las que hemos cantado juntos desde que nos descubrimos como amigos.

Y volver a creer en la amistad chico - chica aunque siga sin recibir noticias desde la última noche.....

Ah, la canción !!!

Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.

Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid.

Las niñas ya no quieren ser princesas,
y a los niños les da por perseguir
el mar dentro de un vaso de ginebra,
pongamos que hablo de Madrid.

Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid.

El sol es una estufa de butano,
la vida un metro a punto de partir,
hay una jeringuilla en el lavabo,
pongamos que hablo de Madrid.

Cuando la muerte venga a visitarme,
que me lleven al sur donde nací,
aquí no queda sitio para nadie,
pongamos que hablo de Madrid