En un bar
Llegaron con dos horas de diferencia. Nunca se encontraron.
Primero llegó ella, puntual, a las 5, pidió un zumo de naranja y no paró de mirar por la ventana mientras lo bebía a sorbos pequeños, como para hacer eterno aquel zumo y más corta la espera. Miraba una y otra vez al reloj y a la ventana, esperando que alguien cruzara la puerta de aquel bar oscuro antes de que la manecilla de los minutos diera un paso más. Al final se rindió y se fue. 30 pequeños pasos de esa manecilla le había alejado las ganas de seguir esperando a ese alguien.
Después él, y el testigo de esta historia imaginó que habían tenido una confusión sobre la hora, y que nunca lo sabrían. No era de los que llevan móvil.
Pidio un cafe con leche y miró al reloj contrariado, eran las 7 y diez y alguien aún no había llegado. Se sentó en la misma mesa desde la que ella había esperado antes y miró a la ventana, del mismo modo que ella había mirado.
Nadie se atrevió a preguntarle si la esperaba a ella.
Nunca se encontraron. Se rindieron muy pronto. No volvieron a mirarse a los ojos. Al menos por esa tarde. Si es que de verdad se conocían.....
Primero llegó ella, puntual, a las 5, pidió un zumo de naranja y no paró de mirar por la ventana mientras lo bebía a sorbos pequeños, como para hacer eterno aquel zumo y más corta la espera. Miraba una y otra vez al reloj y a la ventana, esperando que alguien cruzara la puerta de aquel bar oscuro antes de que la manecilla de los minutos diera un paso más. Al final se rindió y se fue. 30 pequeños pasos de esa manecilla le había alejado las ganas de seguir esperando a ese alguien.
Después él, y el testigo de esta historia imaginó que habían tenido una confusión sobre la hora, y que nunca lo sabrían. No era de los que llevan móvil.
Pidio un cafe con leche y miró al reloj contrariado, eran las 7 y diez y alguien aún no había llegado. Se sentó en la misma mesa desde la que ella había esperado antes y miró a la ventana, del mismo modo que ella había mirado.
Nadie se atrevió a preguntarle si la esperaba a ella.
Nunca se encontraron. Se rindieron muy pronto. No volvieron a mirarse a los ojos. Al menos por esa tarde. Si es que de verdad se conocían.....
1 Comments:
Aaaaaaaaaaaaaaa que impotencia Dios!"!!!
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